Es común que las personas con dolor lumbar eviten cualquier movimiento que sientan que puede empeorar su condición. Con el tiempo, este comportamiento puede conducir a la pérdida de condición de los músculos de la espalda, preparando el escenario para un dolor de espalda prolongado o una posterior recurrencia del dolor. Esa es una de las razones por las que en una de las pautas del tratamiento se recomienda que los pacientes continúen activos durante el proceso de recuperación. Pero, ¿Qué pasa cuando se hace actividad física antes de presentarse el dolor de espalda? ¿El ejercicio reduce el riesgo de que suframos dolor de espalda en primer lugar?
En un estudio de 2019, los investigadores revisaron datos sobre 4.246 hombres y mujeres finlandeses (edad promedio de 34 años) y encontraron que aquellos que rutinariamente participaban en cinco o más actividades deportivas y / o deportes de resistencia (especialmente correr y ciclismo) tenían menos probabilidades de tener irradiación de dolor de espalda o dolor de espalda no irradiado. Mientras tanto, aquellos que se enfocaban en ejercicios de fortalecimiento muscular solo tenían un riesgo reducido de dolor de espalda irradiado. Los autores concluyeron que participar en una diversidad de actividades deportivas, especialmente deportes de resistencia, puede ser lo mejor para reducir el riesgo de dolor lumbar tanto irradiado como no irradiado.
Otro estudio en el que se analizaron datos sobre 4.022 hombres que se acercaban a la mediana edad, reveló una relación clara entre niveles más bajos de actividad física y un mayor riesgo de dolor lumbar crónico. Este hallazgo persistió incluso después de que los investigadores controlaran la obesidad, que también es un factor de riesgo para el dolor de espalda.
Un estudio de 2020 que utilizó datos sobre 7.565 hombres mayores llegó a una conclusión similar. En el estudio, los investigadores calcularon los niveles de actividad física total de cada participante y descubrieron que cuanto más se movían durante el día, menor era su riesgo de sufrir dolor lumbar crónico. Los datos muestran que incluso con niveles intermedios de actividad física se reduce el riesgo de sufrir dolor lumbar crónico hasta en un 25%.
Los hallazgos de cada uno de estos estudios sugieren que, mantenerse físicamente activo puede reducir el riesgo de que suframos dolor lumbar durante cada fase de la edad adulta, especialmente con la implementación de ejercicios de resistencia. Si sufre de dolor de espalda y se ha vuelto inactivo, su médico quiropráctico puede ayudarlo a encontrar ejercicios simples que pueda realizar en casa para aumentar sus niveles de actividad física, y ayudarlo tanto a salir como a mantenerlo alejado del dolor.