Durante muchos años, la quiropráctica ha estado a la vanguardia en el tratamiento del dolor lumbar, con mayor satisfacción del paciente y menos tiempo perdido en el trabajo, en comparación con otros enfoques de tratamiento no quirúrgico. Ha habido muchas explicaciones de por qué funciona la terapia de manipulación quiropráctica (TMQ), pero muchos de estos estudios incluyen otras modalidades o métodos de tratamiento y, por lo tanto, los beneficios no se derivan claramente solo de la TMQ. Un estudio de 2011 intentó aclarar esto y los resultados fueron ¡Muy interesantes!
Este estudio incluyó a dos quiroprácticos y dos fisioterapeutas de Canadá y Estados Unidos. Lo que es único en este estudio es que los investigadores midieron la mejora clínica o sintomática mediante el seguimiento de la mejora en la tolerancia a la actividad, utilizando un cuestionario estándar comúnmente utilizado por quiroprácticos y fisioterapeutas en todo el mundo, así como los cambios en la rigidez de la columna utilizando un instrumento válido/confiable, tanto antes como después de la utilización de TMQ. La importancia de estos hallazgos es que solo se utilizó TMQ y, por lo tanto, otras formas de tratamiento comúnmente utilizadas por los quiroprácticos no nublaron los hallazgos. Se incluyeron 48 pacientes en el estudio y los dos tratamientos iniciales se administraron con 3-4 días de diferencia, seguidos de una evaluación 3-4 días después del segundo tratamiento. También se realizaron evaluaciones antes y después de cada tratamiento. Las evaluaciones incluyeron el uso del cuestionario y una medición de la rigidez con el instrumento especial. Además, se midió mediante ecografía el "reclutamiento del músculo multifidus lumbar" (un músculo en la parte baja de la espalda que ayuda a estabilizar el tronco o el core). Después de cada tratamiento se encontró una mejora significativa en el nivel general de dolor y en la reducción de la rigidez de la columna (que permaneció con mejoras 3-4 días después del último/segundo tratamiento).
El estudio encontró que los pacientes que recibieron manipulación de empuje (TMQ) tuvieron mejoras inmediatas en la reducción del dolor, rigidez y mejores mediciones de reclutamiento muscular. Sin embargo, este mismo efecto NO se obtuvo cuando se utilizaron técnicas de movilización sin empuje. Esto significa que muchas técnicas manuales sin empuje, como la movilización, el masaje y otros métodos de liberación de tejidos blandos, no generan los beneficios inmediatos producidos por la manipulación de empuje. Los autores del estudio notaron que la mayor mejora clínica se encontró en aquellos que tuvieron la reducción más dramática de la rigidez después de cada tratamiento.
Con esta nueva información, ahora podemos explicar con confianza a los pacientes las razones por las que normalmente se sienten mejor después del ajuste espinal. El paciente puede entonces apreciar el recibir una respuesta que tiene un sentido claro y ha sido "probada". Es importante darse cuenta de que la "ventaja" de recibir atención quiropráctica para el dolor lumbar incluye no solo la reducción del dolor, sino, lo que es más importante, la mejora en la tolerancia de actividades como pasar la aspiradora, lavar platos, jugar golf, caminar y, por supuesto, trabajar.