Justin McCormick, D.C.

¿Qué tienen que ver el dolor lumbar y el equilibrio entre sí? Bueno, ¡Mucho! Primero (y lo más obvio), un equilibrio deficiente puede provocar caídas, que es la causa número uno de lesiones después de los 70 años (las cuáles incluyen el dolor lumbar). Desafortunadamente, a medida que envejecemos, perdemos tanto el equilibrio como la densidad ósea, un doble golpe cuando se trata de caerse, ya que esta combinación puede resultar en fracturas de la vértebra, comúnmente en la región lumbar. A continuación se muestra una tabla que muestra cuál es el período de tiempo "normal" que deberíamos poder estar sobre un pie (ojos abiertos y ojos cerrados):

Como ilustra este gráfico, con el tiempo, perdemos rápidamente nuestra capacidad de equilibrio, especialmente cuando cerramos los ojos. De hecho, muchos de nosotros no podemos estar de pie sobre una pierna con los ojos cerrados durante más de unos segundos, ¡Mucho antes de los 59 años! ¡Inténtalo! Párate en una esquina de una habitación o en una puerta donde puedas agarrarte a la pared o al marco de la puerta si pierdes el equilibrio. (¡Ciertamente no queremos que te caigas durante esta prueba!) Mira tu reloj o un reloj con segundero y cuenta en voz alta, a tiempo con cada segundo del reloj, "mil uno, mil dos, mil tres....", entiendes la idea. Una vez que hayas agarrado el ritmo, intenta contar primero con los ojos abiertos hasta 30 segundos y luego vuelve a intentarlo pero con los ojos cerrados. Muy diferente, ¿No crees? Ahora, cambia de pierna e inténtelo de nuevo; con los ojos abiertos primero, y luego cerrados, contando a tiempo con el paso de cada segundo. Si no estás satisfecho con tu desempeño, vuelve a intentarlo varias veces. Si eres como la mayoría de nosotros, es posible que te sientas un poco desadaptado en este momento. La mayoría de nosotros necesitamos comenzar a incluir algunos "ejercicios de equilibrio" en nuestra rutina diaria.

Entonces, ¿Por qué perdemos el equilibrio tan fácilmente a medida que envejecemos? Esto se debe principalmente a que nos volvemos menos activos o más sedentarios a medida que avanzamos en edad, en parte porque no nos interesa hacer actividades que requieran equilibrio, pero también por miedos, por ejemplo, a caernos. Recuerdas, cuando éramos más jóvenes, jugueteábamos, rebotábamos en las paredes y caíamos todo el tiempo. Era una "rutina" volver a casa de la escuela con manchas de césped en las rodillas, y los deportes en el patio trasero siempre resultaban en caídas, ¡A veces muy fuertes! Rodar cuesta abajo para marearnos a propósito era muy atractivo para nosotros cuando éramos niños, ¡Pero ciertamente no ahora! De hecho, estar en el suelo para jugar con los nietos suele dejarnos adoloridos al menos durante unos días. Ahora, no estoy sugiriendo que todos salgamos corriendo y empecemos a rodar cuesta abajo, saltar arriba y abajo, o caernos a propósito, pero incluir ejercicios activos de "equilibrio" en nuestra rutina diaria es LO MENOS que deberíamos hacer. Por lo tanto, sal a caminar o trota lentamente, anda en bicicleta, camina por el parque en un terreno irregular: ¡Es bueno para nuestra "propiocepción"!