A la mayoría de los pacientes quiroprácticos con dolor lumbar se les toman radiografías de la columna lumbar después de un examen completo. Dado que las radiografías conllevan un riesgo muy pequeño de daño en los tejidos, este riesgo debe compensarse con los beneficios que se podrían obtener al tomar dichas radiografías. Entonces, ¿Cómo se usan los rayos X en un consultorio quiropráctico?
En primer lugar, las radiografías pueden revelar la presencia de afecciones médicas que pueden requerir la derivación a otro proveedor de atención médica, como un tumor en la columna o una infección. Afortunadamente, estas enfermedades son muy raras, pero deben considerarse en todos los pacientes, especialmente en aquellos que pueden tener ciertas señales de alerta o "banderas rojas" como dolor de espalda por la noche o en reposo, o también, si hay fiebre. Además, ciertos traumatismos graves (como una caída) pueden producir fracturas. Para los adultos mayores con osteoporosis o aquellos que han tomado medicamentos esteroides durante varios años, incluso un trauma menor puede ser suficiente para causar una fractura, porque el hueso tiene una condición debilitada.
Una vez que se descartan estas raras condiciones, las radiografías pueden proporcionar información importante sobre la anatomía y la postura física del paciente. Por ejemplo, las curvaturas de la columna lumbar, como la escoliosis, son prácticamente indetectables sin una radiografía. Con información sobre cómo la columna se desvía, un médico quiropráctico puede dirigir sus ajustes de manera más específica. A veces, la longitud de las piernas es desigual y una persona puede requerir una órtesis (soporte para el arco) o una plantilla de elevación, para nivelar la base de la columna. Aproximadamente uno de cada diez pacientes tendrá una longitud desigual entre piernas de un centímetro o más.
En términos de anatomía, las radiografías pueden mostrar los planos y ángulos de los discos entre las vértebras y si se ha producido alguna degeneración. Si la degeneración está avanzada, entonces puede haber una fusión ósea natural. Debería ser obvio que si la anatomía espinal no permite movimientos, o si las articulaciones están literalmente fusionadas y el movimiento es imposible, los ajustes no sean apropiados.
Los rayos X también pueden mostrarle a un médico quiropráctico cómo un área de la columna compensa mecánicamente a otra área desviada debajo de ella. A veces, el dolor puede estar presente en áreas compensatorias, pero sin el conocimiento de la causa de esta desviación, la atención puede ser menos óptima. Así como la columna lumbar puede compensar un problema pélvico, una condición del cuello también puede ser causada por una postura anormal en la parte inferior de la columna.
En cualquier caso, las radiografías son importantes para llegar a un diagnóstico preciso, que es el primer paso en el camino hacia la recuperación, y el restablecimiento de su vitalidad y calidad de vida.