Los científicos que han estudiado la arquitectura de la columna, han llegado a la conclusión de que está diseñada para caminar. Esto puede resultar una sorpresa, ya que los seres humanos caminamos muy poco en estos días. A lo largo de los milenios, nuestras vidas han pasado de días llenos de caminar y buscar comida, a una existencia mayoritariamente sedentaria. Una buena parte de nosotros pasamos la mayor parte del día trabajando en un escritorio y la inactividad se ha convertido en un problema importante para nuestra salud espinal. Se ha demostrado que estar sentado durante mucho tiempo aumenta la presión en el disco y conduce a una disminución en la fuerza de los músculos de la columna y las piernas.
Entre aquellos que no se sientan todo el día, y que en cambio se involucran en tareas pesadas y repetitivas de levantamiento. Cuanto más pesadas son las cargas que levantemos, mayor es el riesgo de degeneración espinal. Ya sea que se trate de una vida de tareas pesadas que impliquen levantamientos o de una vida sedentaria, los efectos son los mismos: Dolor lumbar. El dolor lumbar ahora se ha convertido en una epidemia en la sociedad. Dependiendo de qué estudio mires, hasta el 90% de nosotros experimentaremos dolor lumbar en algún momento de nuestras vidas.
Un estudio de adolescentes en Noruega mostró que aproximadamente el 57% había tenido dolor de espalda el año anterior. Tendemos a pensar en nuestros hijos como inmunes a los problemas de espalda, pero las estadísticas muestran lo contrario. El dolor de espalda parece comenzar en la adolescencia y nos sigue hasta la vida adulta.
Al comparar el dolor lumbar con los niveles de actividad, los investigadores informaron que existe una relación inversa. Esto significa que cuanto menos tiempo pasan los niños frente a la computadora o viendo la televisión, es menos probable que reporten dolor de espalda. Caminar y otras formas de actividad física disminuyen la aparición de dolor de espalda.
En un estudio de adultos con dolor lumbar que realizaban ejercicios de intensidad baja a moderada regularmente, como caminar; los investigadores observaron que los pacientes que hacían ejercicio mejoraron su estado de ánimo, redujeron la necesidad de fisioterapia y usaron menos analgésicos. También tendían a tener menos discapacidad laboral.
Los efectos positivos de caminar continúan en la vejez. Aquellos que caminan con regularidad, muestran menos discapacidad en la parte inferior del cuerpo.
Hubo un momento en que los médicos pensaban que el reposo en cama durante dos semanas era un buen tratamiento para los pacientes con dolor lumbar. Sin embargo, durante las últimas dos décadas, múltiples estudios de investigación han demostrado que esta prescripción en realidad aumentará su dolor lumbar.
Ya sea que tengas problemas de espalda o no, es importante mantenerse activo, y caminar es una de las mejores formas de mantenerte sin dolor. No necesitas una membresía de gimnasio para hacerlo, solo unos zapatos cómodos. La actividad física reduce el riesgo de tener problemas de espalda y también es la mejor actividad para realizar durante la rehabilitación, después de haber sufrido una lesión.