La espondilosis cervical (CS, por sus siglas en inglés) es otro término para la osteoartritis (OA) del cuello. Es una afección común relacionada con la edad que probablemente desarrollará si vive lo suficiente. O, si sufrió una lesión en el cuello cuando era joven, puede desarrollarse dentro de los cinco a diez años posteriores a la lesión, dependiendo de la gravedad.
Básicamente es causada por el "desgaste" asociado con la vida diaria normal al que algunos se refieren como "la historia natural de la degeneración". Según la Mayo Clinic, la CS u OA afecta a más del 85% de las personas mayores de 60 años, ¡y esa es probablemente una estimación conservadora!
Los síntomas comunes asociados con CS/OA varían ampliamente desde ningún síntoma hasta dolor debilitante y rigidez. Por ejemplo, cuando el CS llena los orificios a través de los cuales viajan los nervios y/o la médula espinal, crea una condición llamada estenosis espinal que puede resultar en entumecimiento, hormigueo y/o debilidad. En casos severos, esto puede incluso afectar el control de los intestinos o la vejiga (lo cual es una EMERGENCIA).
El CS ocurre cuando la brillante y resbaladiza superficie del cartílago normal de la articulación se adelgaza gradualmente y eventualmente se desgasta debido a la fricción excesiva causada por años de uso repetitivo relacionado con un trabajo, deporte o simplemente el tiempo. A menudo se forman espolones óseos, que son el resultado de que el cuerpo intenta estabilizar una articulación inestable. En algunos casos, los espolones pueden fusionar una articulación, lo que a menudo ayuda a reducir el dolor. (Los espolones óseos también se pueden formar si los discos intervertebrales o las almohadillas amortiguadoras entre las vértebras se lesionan o se deshidratan debido a condiciones artríticas).
Los factores de riesgo asociados con la CS incluyen: envejecimiento, lesiones, años de demandas de trabajo de levantamiento/transporte pesado y trabajos y/o pasatiempos que requieren que el cuello esté fuera de una posición neutral (como años apretando un teléfono entre la oreja y el hombro). La genética y los malos hábitos (como fumar) también juegan un papel en la CS. La obesidad y la inactividad también empeoran la gravedad de los síntomas de la CS.
La buena noticia es que, aunque la mayoría de nosotros tendremos CS, normalmente NO es una condición que nos incapacite. Sin embargo, la CS puede interferir con nuestras actividades normales. Dependiendo de su ubicación, el dolor puede empeorar en determinadas posiciones, como al estornudar o toser o con movimientos como la rotación o la mirada hacia arriba.
La rigidez es un síntoma común, que puede variar con los cambios climáticos. Muy poca o demasiada actividad puede ser un problema, ¡pero la MEJOR manera de autocontrolar la CS es mantenerse activo! Los ejercicios de rango de movimiento, el entrenamiento de fuerza y la caminata ayudan a reducir los síntomas de la CS.
Los médicos quiroprácticos están capacitados para identificar CS/OA. ¡La manipulación suave, la movilización, el asesoramiento nutricional, el entrenamiento físico, las modalidades (y más) pueden REALMENTE AYUDAR!