Los mareos, el dolor de cuello y los dolores de cabeza son síntomas muy comunes que pueden ocurrir o no al mismo tiempo. Aunque existe esta interrelación, el artículo de este mes se centrará principalmente en los mareos, en particular los relacionados con los mareos que se producen después de estar de pie.
Primero, es importante señalar que es MUY común sentirse aturdido o mareado cuando se pone de pie demasiado rápido, lo que generalmente se conoce como hipotensión ortostática (OH, por sus siglas en inglés). La OH se conoce con frecuencia como un síntoma benigno, pero la nueva información puede cuestionar este pensamiento.
Repasemos lo que sucede. Cuando estamos acostados, nuestro corazón no tiene que trabajar tanto como cuando estamos en posición vertical; por lo tanto, nuestra presión arterial (PA) suele ser más baja mientras nos acostamos. Al ponerse de pie, la sangre se acumula inicialmente en las piernas hasta que un aumento de la presión arterial lleva oxígeno al cerebro. Esto determina o previene los mareos.
La hipotensión ortostática se define como una caída de la presión arterial de> 20 mm Hg sistólica (el número superior del corazón en contracción COMPLETA), 10 mm Hg diastólica (número inferior del corazón en reposo COMPLETO), o ambos. Por lo general, esto ocurre entre segundos y unos minutos después de levantarse y ponerse de pie.
Hay dos tipos de OH, retardada (DOH) donde los síntomas no son inmediatos, pero ocurren dentro de los tres minutos de estar de pie y OH "completa", que es más grave y ocurre inmediatamente al levantarse. Según un estudio de 2016 publicado en la prestigiosa revista Neurology, los investigadores revisaron los registros médicos de 165 personas que se habían sometido a pruebas del sistema nervioso autónomo para detectar mareos. Los sujetos tenían un promedio de 59 años de edad y 48 fueron diagnosticados con DOH, 42 con OH total y 75 sujetos no tenían ninguna de las dos afecciones.
Durante un seguimiento de diez años, el 54% del grupo DOH progresó a OH, de los cuales el 31% desarrolló una enfermedad degenerativa del cerebro como la enfermedad de Parkinson o la demencia. Aquellos con DOH inicial que también tenían diabetes tenían más probabilidades de desarrollar OH total en comparación con aquellos sin diabetes.
La tasa de muerte temprana en este grupo de 165 pacientes fue del 29% para aquellos con DOH, 64% con OH total, frente al 9% para aquellos sin ninguna condición diagnosticada. Los autores señalan que aquellos inicialmente diagnosticados con DOH que NO progresaron a OH completa recibieron un tratamiento que pudo haber mejorado su presión arterial.
Los autores afirman que se podría evitar una muerte prematura si se diagnostica y trata adecuadamente la DOH y la OH lo antes posible. Señalan que se necesita un estudio prospectivo ya que este estudio solo analizó los registros médicos de sujetos a los que se les realizaron pruebas del sistema nervioso en un centro especializado y, por lo tanto, estos hallazgos pueden no aplicarse a la población general.
El valor de este estudio es que esta es la PRIMERA vez que un estudio describe la OH (o DOH) como una condición potencialmente grave con recomendaciones de NO tomar OH/DOH a la ligera o verla como una condición benigna. Dado que los médicos ven esto con mucha frecuencia, es necesario realizar una evaluación más detallada del paciente.