La cauda equina (en latín, "cola de caballo") está formada por muchos nervios que viajan hacia abajo y salen por los lados de la columna lumbar y el sacro (hueso de la cola) y transfieren información (motora y sensorial) hacia y desde nuestras piernas y cerebro.
Si la cauda equina se comprime, el resultante síndrome de cola de caballo (CES por sus siglas en inglés) se caracteriza por síntomas como dolor lumbar severo; entumecimiento y debilidad en las piernas, las nalgas y el perineo (región del piso pélvico); debilidad del control de los intestinos y/o la vejiga, lo que causa incontinencia; y disfunción sexual.
Las posibles causas de CES incluyen una hernia grave de disco en la columna lumbar (la causa más común); estrechamiento del canal espinal (llamado estenosis espinal); una lesión o tumor que ejerce presión sobre la cauda equina; una infección, fractura o trauma (como un accidente automovilístico); o un defecto de nacimiento.
El síndrome de la cola de caballo o cauda equina se diagnostica típicamente de las siguientes maneras: 1) El historial del paciente, a menudo de dolor lumbar agudo con síntomas irradiados en las piernas; 2) un examen neurológico para evaluar la sensación, la fuerza, la marcha y los reflejos; y 3) imágenes avanzadas, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada, de la zona lumbar.
Si la CES tiene una aparición rápida, el paciente debe buscar atención de emergencia. Es posible que se requiera cirugía para evitar una disfunción sexual permanente, la pérdida del control de los intestinos y/o la vejiga y, en algunos casos, la parálisis de las piernas.
Si la aparición de CES es gradual, entonces puede ser apropiado un enfoque no quirúrgico, como la atención quiropráctica. Los médicos quiroprácticos están capacitados para identificar y diagnosticar el CES, pero los quiroprácticos suelen atender a estos pacientes mucho después de los síntomas iniciales, ya que la mayoría de los pacientes van directamente a la sala de emergencias debido a su gravedad. Sin embargo, un equipo de proveedores de atención médica compuesto por quiroprácticos, médicos de atención primaria, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y/o consejeros de salud mental pueden manejar el dolor lumbar y otros problemas residuales asociados con el CES. Al igual que con todas las condiciones que resultan en una discapacidad permanente, los afectados a menudo necesitan controlar los síntomas para obtener una calidad de vida óptima que la atención quiropráctica puede facilitar en gran medida.