Aunque las lesiones por latigazo cervical son bastantes comunes, las investigaciones apenas comienzan a describir los diversos síntomas que pueden desarrollarse cuando el cuello ha sufrido un trauma. Incluso una lesión menor por latigazo cervical, como la que puede ocurrir al practicar deportes, puede tener un impacto significativo en las delicadas estructuras del cuello.
El sentido de la posición o el equilibrio es lo que nos permite mantenemos erguidos y movernos por el espacio. Cuando se altera, podemos sentirnos inquietos, mareados o incluso sentir náuseas. Muchos estudios han demostrado que cuando se lesiona la columna, el equilibrio de una persona puede verse afectado. ¿Por qué pasa esto? El equilibrio se mantiene mediante una interacción compleja entre el oído interno, los ojos y los nervios del cuello (Sports Med 2008; 38: 101, Armstrong. Et al.). Cuando el cuello es lesionado, se podrían usar más los ojos para corregir cualquier déficit del sentido de la posición o del equilibrio, lo que puede provocar mareos. Aproximadamente 1/3 de las personas mayores sufren mareos, y el latigazo cervical u otros traumatismos del cuello pueden representar una razón importante.
Una buena prueba para ver si tu equilibrio está alterado es la siguiente: ¿Puedes pararte sobre una pierna durante quince segundos? ¿Es igualmente fácil hacer esto con la otra pierna o es más fácil mantener el equilibrio en una pierna? ¿Puedes pararte sobre una pierna con los ojos cerrados? Obviamente, deberías intentarlo con mucho cuidado. Es posible que desees hacer esto con un amigo cerca para que evites una caída. ¿Inmediatamente te inclinas y tienes que poner el otro pie en el suelo? Si no puedes permanecer erguido, puede ser una señal de que tu sentido de la posición se ha visto afectado por un problema de columna.
El cuidado quiropráctico puede mejorar la postura y la movilidad del cuello. Esto puede tener un impacto en el equilibrio, porque la disfunción de las articulaciones en el cuello puede enviar señales nerviosas alteradas a los centros del cerebro que coordinan la posición con sus ojos y oídos. Aunque existe una investigación limitada en esta área, la mayoría de los médicos y terapeutas reconocen la importancia de introducir movimientos desde el principio, cuando un problema de equilibrio se debe a una lesión en el cuello.