Hay muchas investigaciones que respaldan la atención quiropráctica como un enfoque excelente para controlar los trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés). Si bien el aspecto del tratamiento en el consultorio (manipulación de la columna, movilización, terapia de tejidos blandos, masajes, modalidades, etc.) es importante para restaurar el movimiento y reducir el dolor en el cuello y las áreas circundantes, son los ejercicios en el hogar los que no solo mantienen esas mejoras sino que reducen el riesgo de desarrollar dolor crónico o volver a lesionarse en el futuro.
Cuando el cuello se lesiona en un evento que causa latigazo cervical, como en un accidente automovilístico, los músculos superficiales del cuello sufrirán espasmos para proteger los tejidos cercanos de una lesión mayor. A corto plazo, esto es algo bueno, pero si el movimiento permanece restringido, los músculos profundos del cuello que son importantes para mantener la postura pueden perder su condición física.
A medida que los músculos profundos del cuello se debilitan, los músculos superficiales que normalmente controlan los movimientos voluntarios asumirán el trabajo adicional, lo que resultará en un mayor debilitamiento de los músculos profundos del cuello, creando un círculo vicioso que puede prolongar o incluso prevenir la recuperación de WAD. De hecho, un estudio del 2018 siguió a 141 pacientes con WAD durante un año y encontró que aquellos que no podían regresar a sus actividades laborales previas a la lesión tenían una reducción promedio del 50% en la fuerza de los músculos del cuello.
Por eso es importante realizar ejercicios en casa para fortalecer los músculos flexores profundos del cuello y ponerlos a trabajar (para que pueda usted volver a su vida).
Se puede realizar un ejercicio al retraer el mentón hacia adentro y luego asentir con la cabeza (como si estuviera de acuerdo con lo que alguien dijo). Puede aplicar resistencia colocando el puño debajo de la barbilla y trabajando lentamente contra los movimientos hacia arriba y hacia abajo. Comience con una resistencia máxima del 10%. A medida que mejora y la tolerancia lo permite, agregue resistencia adicional (hasta un 50-75% máximo) y repeticiones a sus series, lo suficiente como para sentir fatiga. Si aplica 100% de resistencia, no se producirá ningún movimiento, lo que se denomina contracción isométrica, que también funciona pero no tan bien como el fortalecimiento isotónico (resistencia con movimiento).
Hay varias formas de fortalecer y reacondicionar los músculos profundos del cuello, y su médico quiropráctico le mostrará los ejercicios ideales para su caso único y le brindará recomendaciones adicionales de cuidado personal para optimizar el proceso de curación, que pueden incluir consejos sobre ejercicios, recomendaciones dietéticas y orientación sobre suplementos nutricionales.