Aunque el dolor de cuello es una de las razones más comunes por las que los pacientes buscan atención quiropráctica, la causa subyacente del dolor de cuello puede variar. En algunos pacientes, la causa puede ser desconocida o la acumulación de años de mala postura, mala ergonomía y un estilo de vida poco saludable. En otros pacientes, como los que experimentaron un latigazo cervical en una colisión automovilística trasera, la causa es bien conocida y mejor comprendida. ¿Es el dolor de cuello relacionado con los trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) diferente a otros tipos de dolor de cuello, y cuál es el mejor enfoque inicial para las personas con dolor de cuello traumático o no traumático?
En un estudio de 2020, los investigadores compararon la presentación inicial de 22 pacientes con dolor de cuello mecánico (no traumático) y 28 pacientes con dolor de cuello relacionado con WAD de grado I o II con o sin pérdida de rango de movimiento, pero sin déficits sensoriales neurológicos, debilidad motora y/o disminución o ausencia de reflejos tendinosos profundos.
Una revisión de los datos de evaluación proporcionados por los participantes, así como los hallazgos del examen, revelaron que los pacientes con WAD presentaban una mayor discapacidad relacionada con el cuello, sentían dolor en un área más grande y tenían un umbral de dolor por presión más bajo sobre la tibial anterior (el músculo junto al hueso de la espinilla).
En la siguiente fase del estudio, cada paciente recibió dos tratamientos a la semana durante tres semanas que incluyeron técnicas de tejido blando dirigidas a puntos gatillo en la región cervical, movilización espinal, técnicas de energía muscular, tracción manual y ejercicios específicos de la columna cervical. Este es el tipo de enfoque multimodal que un paciente puede recibir de su médico quiropráctico para restaurar el movimiento normal de las articulaciones cervicales, así como para fortalecer los músculos cervicales profundos que a menudo pierden su condición física después de una lesión en la columna cervical y los tejidos asociados.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que debido a la mayor gravedad de los síntomas y la sensibilidad al dolor, los pacientes con WAD no responderían tan bien a la atención. Sin embargo, los pacientes de ambos grupos informaron mejoras generales similares en el dolor y la discapacidad después de solo seis tratamientos.
Los hallazgos sugieren que un enfoque multimodal puede beneficiar a ambos tipos de pacientes con dolor de cuello. Sin embargo, aquellos con WAD pueden requerir más visitas al consultorio para alcanzar la máxima mejora. Las pautas de tratamiento alientan a los pacientes a utilizar primero las opciones conservadoras, de las cuales la atención quiropráctica es una excelente opción. En el caso de que una persona desarrolle dolor de cuello, ya sea de latigazo cervical o de origen no traumático, es importante buscar atención lo antes posible, ya que retrasar la atención puede aumentar la afección y volverse crónica y más difícil de manejar.