Se estima que la mitad de los pacientes con trastornos crónicos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) experimentarán problemas relacionados con la visión, como poca concentración en la lectura, sensibilidad a la luz, fatiga visual y tensión ocular. ¿Por qué ocurre esto, y qué se puede hacer por estos pacientes?
El control del movimiento ocular depende de la posición de la cabeza en el espacio, y la posición de la cabeza está determinada por la integración de varios subsistemas, incluido el sistema vestibular, el sistema visual y el sistema propioceptivo de la columna cervical. La principal fuente de información aferente cervical (sensorial) surge de los mecanorreceptores en la columna cervical superior, especialmente los músculos cervicales superiores profundos donde la densidad de los husos musculares es extremadamente alta en comparación con otras regiones espinales.
Debido a que el WAD a menudo implica una lesión en la región cervical superior, el control sensoriomotor se altera con frecuencia, lo que puede afectar el control del movimiento ocular y provocar signos clínicos como nistagmo (movimientos oculares oscilantes), mareos y déficit de equilibrio. Hay tres pruebas distintas de movimiento de los ojos que se utilizan al evaluar a los pacientes con WAD: reflejos de estabilización de los ojos, movimientos oculares de persecución suave y coordinación de la cabeza y los ojos. Los hallazgos positivos en estas pruebas podrían sugerir una lesión en la región cervical superior, que se podría confirmar después de un examen completo.
Una vez que se establece un diagnóstico, el tratamiento a menudo incluirá la aplicación de terapias manuales en la clínica junto con un programa de ejercicios en el hogar específico para los músculos cervicales profundos y/o superficiales.
Esto se ilustra en un estudio de caso publicado de una mujer de 22 años que sufrió una conmoción cerebral y WAD con deterioro del control del movimiento ocular en una colisión de alta velocidad. Su tratamiento comenzó dos días después de la lesión e incluyó la movilización de la columna cervical y torácica, tracción cervical manual y técnicas de liberación de tejidos blandos. El paciente también recibió capacitación sobre cómo realizar ejercicios de fortalecimiento de los flexores profundos del cuello y movimientos oculares en casa. Después de una visita a la clínica y cuatro días del programa de ejercicios en el hogar (HEP, por sus siglas en inglés), los síntomas posteriores a la conmoción cerebral del paciente—incluidos los mareos y las disfunciones del equilibrio—mejoraron. Continuó experimentando visión borrosa con la rotación del cuerpo, así como ROM cervicales reducidos con hipertonicidad muscular, los cuales se resolvieron después de cuatro visitas adicionales durante las siguientes dos semanas junto con ejercicios diarios.
Varias pautas de tratamiento indican que la atención quiropráctica es una excelente opción de tratamiento de primera elección para el paciente con WAD, que puede implicar un enfoque multimodal para restaurar la función normal de la columna cervical y los tejidos blandos asociados.