Cuando se trata de una afección como el dolor lumbar, la atención que recibe un paciente puede depender del historial del caso y los hallazgos del examen, así como de la capacitación del médico y las preferencias de tratamiento. Para el paciente con una patología del disco lumbar, un médico quiropráctico puede emplear tracción lumbar en combinación con técnicas de manipulación y movilización articular.
La tracción lumbar (LT) a menudo se realiza en pacientes con dolor radicular o dolor que se irradia a la pierna debido a afecciones del disco intervertebral, como una hernia de disco, afecciones degenerativas como la osteoartritis y/o estenosis espinal (una combinación de factores de envejecimiento que dan lugar a un estrechamiento del foramen, o agujeros por los que viajan los nervios). Los beneficios específicos de la LT incluyen el aumento del espacio del disco, que produce una presión negativa dentro del disco para atraer una protuberancia del disco, estirar los ligamentos, ensanchar el foramen y estimular el movimiento de las articulaciones facetarias. Desafortunadamente, no existe una regla estricta sobre cuándo y/o cómo aplicar la tracción, dejando esta decisión en manos de cada médico para juzgar qué, cuándo y cómo— ¡eso es hasta hace poco!
Un grupo de investigadores abordó el trabajo de desarrollar una guía clínica para identificar a los pacientes con hernia de disco lumbar (LDH) que probablemente se beneficiarían de la tracción lumbar mecánica (MLT). Los médicos aplicaron MLT en más de 100 pacientes con LDH en el transcurso de dos semanas y midieron los beneficios utilizando el historial y el examen físico, así como varios cuestionarios que miden la intensidad del dolor, la función y los parámetros psicológicos. El equipo de investigación definió a los "respondedores" como aquellos que mejoraron al menos un 50% con respecto a la evaluación inicial de referencia.
De los 103 participantes, 24 respondieron (23,3%), y de este grupo, los investigadores utilizaron las siguientes cinco características para establecer reglas de predicción clínica: 1) movimiento de extensión lumbar limitada (flexión hacia atrás); 2) creencias de bajo nivel de evitación del miedo con respecto al trabajo; 3) ausencia de hipomovilidad segmentaria en la columna lumbar; 4) corta duración de los síntomas; y 5) aparición repentina de síntomas. Para aquellos que tenían al menos tres de cinco de estos predictores, la probabilidad de mejora del dolor y la función aumentó del 23,3% al 48,7% en comparación con aquellos con menos predictores. Los autores concluyeron que los proveedores de atención médica pueden usar estos cinco predictores para ayudar a seleccionar pacientes con LDH que podrían beneficiarse de la aplicación de tracción lumbar.
Un estudio del 2020 informó que la combinación de la manipulación y la movilización de la columna con tracción produjeron mejores resultados que solamente la tracción. Los médicos quiroprácticos ofrecen un enfoque de tratamiento multimodal al paciente con LDH, cuya tracción se puede incluir en el plan de manejo. Estas opciones no quirúrgicas suelen funcionar muy bien y las pautas recomiendan utilizar opciones de atención no quirúrgica antes de considerar la cirugía.