Después de un accidente automovilístico, una caída por resbalón o una colisión deportiva, amigos, familiares, compañeros de trabajo o un abogado recomiendan a muchos pacientes con trastornos asociados al latigazo cervical que consulten a un médico quiropráctico. Para muchos pacientes con WAD, esta puede ser su primera experiencia con la quiropráctica. ¿Qué pueden esperar?
Durante la visita inicial, el paciente primero completará el papeleo para documentar los detalles sobre su accidente, el inicio de los síntomas, las estrategias iniciales de autocuidado utilizadas y sus efectos, la evaluación médica inicial y sus efectos, y las dolencias actuales. También se le preguntará al paciente sobre su historial médico y familiar, ya que esto puede ser importante al momento de hacer un diagnóstico. El médico quiropráctico revisará el historial y hará preguntas al paciente para aclarar algunas de las respuestas.
Luego, el paciente se someterá a un examen físico que puede incluir observación; palpación; pruebas ortopédicas; pruebas neurológicas (incluidas pruebas de nervios craneales y cerebrales/de coordinación); radiografía (que a menudo incluye imágenes de estrés); evaluación de la postura y de la marcha; y palpación estática y en movimiento del área cervical (cuello), torácica (parte media de la espalda), lumbar (parte baja de la espalda) y pelvis/caderas. Estos procedimientos de prueba no solo ayudarán a determinar el diagnóstico, sino que también le darán al médico quiropráctico una aclaración sobre qué terapias específicas administrar para reducir el dolor y la discapacidad en el paciente.
El tratamiento generalmente incluirá un enfoque multimodal que incluye terapias manuales como manipulación espinal, movilización y trabajo de tejidos blandos, entre otros. Existe una variedad de técnicas que se incluyen en cada una de estas categorías generales. Por ejemplo, los quiroprácticos están capacitados en varias técnicas de ajuste como diversificado, Gonstead, mesa abatible, instrumento, etc. Lo mismo ocurre con las terapias de tejidos blandos, que pueden incluir la terapia de puntos gatillo (TPT) utilizando presión de tejido superficial y/o profundo, masaje de fricción longitudinal y/o de fibra cruzada, técnicas de liberación activa (ART) —que combina presión profunda en un músculo tenso con estiramiento simultáneo de los músculos—múltiples tipos de terapia de masaje y más. El tratamiento también puede incluir modalidades de fisioterapia como estimulación eléctrica, láser, ultrasonido y más, todo según el caso particular del paciente y las preferencias de entrenamiento y tratamiento del quiropráctico. En algunos casos, un paciente puede ser derivado a un proveedor de atención médica o especialista aliado para recibir servicios que no se pueden brindar en un entorno quiropráctico. El objetivo del tratamiento es que el paciente logre la máxima mejoría posible, y la cantidad de visitas que se necesitarán para llegar allí variará de un paciente a otro en función de su estado general de salud, antecedentes históricos y la extensión de sus lesiones actuales.
Para lograr un resultado satisfactorio a largo plazo, el paciente también puede recibir instrucción sobre modificaciones dietéticas para ayudar al proceso de curación, así como ejercicios para realizar en casa para reducir el riesgo de recurrencia.