Cuando un paciente con trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) se presenta para recibir atención quiropráctica, puede someterse a una serie de pruebas, incluyendo un examen que observa el movimiento de los ojos. ¿Por qué es esto necesario y qué puede decirle esto a su médico quiropráctico?
La aceleración/desaceleración repentina que ocurre durante un evento de latigazo cervical—como una colisión de un vehículo motorizado—puede ejercer mucha fuerza sobre los tejidos de la cabeza, el cuello, los hombros, y la parte superior de la espalda. Los músculos, tendones, discos, y los ligamentos asociados pueden lesionarse, lo que puede impedir el movimiento normal y afectar la función de los diversos nervios que componen el sistema nervioso—incluidos los nervios craneales que coordinan el movimiento ocular. Adicionalmente, investigaciones más recientes han demostrado que los nervios mismos pueden lesionarse, especialmente en aquellos que continúan experimentando síntomas de WAD a largo plazo.
Los autores de una revisión sistemática del 2016 informaron que aproximadamente la mitad de los pacientes con WAD experimentan trastornos visuales, como la alteración de la velocidad y la estabilidad durante los movimientos de la cabeza, el deterioro de la función durante las tareas de coordinación ocular, y un reflejo cervico-ocular anormal, que ayuda a estabilizar el ojo en respuesta al movimiento. Esto puede ayudar a explicar el por qué hasta el 70% de los pacientes con WAD enumeran los mareos entre sus síntomas.
Los médicos quiroprácticos están capacitados para evaluar el movimiento ocular observando los ojos mientras se mueven hacia arriba/abajo, izquierda/derecha, y en diagonal (en ambos sentidos), tanto desde una posición neutral de la cabeza como durante el rango final del movimiento cervical. Cuando los ojos no se alinean juntos en reposo, se mueven de forma asincrónica y/o hacen movimientos rápidos y anormales de un lado a otro (llamado nistagmo), eso es una indicación de que hay problemas que deben abordarse como parte del plan de tratamiento del paciente.
Esto se demuestra en un estudio de caso que incluyó a una mujer de 20 años después de un accidente automovilístico que resultó en una conmoción cerebral aguda y síntomas de WAD. Durante el examen inicial, también mostró movimientos oculares anormales en la rotación cervical. Su plan de tratamiento incluía terapias manuales para restaurar el movimiento normal de la columna cervical y ejercicios en el hogar enfocados en los movimientos de los ojos, lo que llevó a la resolución de sus síntomas en tres semanas.
El próximo mes, veremos algunos de los ejercicios oculares que su médico quiropráctico puede recetarle como parte del control de su condición WAD.