La porción torácica de la columna es la parte más larga de la columna y está formada por doce vértebras (T1-T12), que se encuentra entre la columna cervical (C1-C7) y la columna lumbar (L1-L5). La columna torácica protege la muy importante médula espinal que comienza en el cerebro y desciende aproximadamente hasta T12, donde la médula se convierte en lo que parece una cola de caballo (la cauda equina). Los nervios espinales luego viajan hacia la columna lumbar y el sacro (coxis) e inervan la parte baja de la espalda, la pelvis, las piernas, y los pies. Las raíces nerviosas salen de cada nivel vertebral de la columna e inervan las porciones del cuerpo superior (cervical), media (torácica) e inferior (lumbar).
Mirando más de cerca los nervios T1-T12, los nervios T1-T2 inervan (motor/músculo y sensorial/sensación) la parte superior del pecho y la parte interna de los brazos y las manos (proporcionando fuerza a los músculos profundos e intrínsecos de la mano). Los nervios T3-T5 inervan la pared torácica y ayudan a controlar la caja torácica, los pulmones, y el diafragma (el músculo respiratorio que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal). Los nervios T6-T12 inervan los músculos abdominales y de la espalda que trabajan con los nervios lumbares para ayudar a estabilizar nuestro núcleo, el equilibrio, la postura, y el proceso para toser.
La columna torácica también soporta la caja torácica, la cual protege nuestros pulmones, el corazón, y sus grandes vasos que suministran a nuestro cuerpo sangre fresca y oxigenada (arterial) y cambia el dióxido de carbono (sangre venosa) por oxígeno en los pulmones cada vez que tomamos un respiro. Todo esto se hace de forma automática, sin esfuerzo ni pensamiento, gracias a nuestro sistema nervioso autónomo (ANS— compuesto por nervios simpáticos y parasimpáticos) del cual muchos de los nervios simpáticos surgen en la región torácica.
A diferencia de las porciones cervical y lumbar de la columna, que permiten una gran cantidad de movimiento, la columna torácica es mucho más rígida y estable, lo que conduce a un menor riesgo de lesiones. Las posibles causas del dolor en la parte media de la espalda incluyen una mala postura; sentarse prolongadamente; o condiciones como la escoliosis (curvatura) o hipercifosis (aumento de la "joroba" del ST); un esguince de los ligamentos que mantienen firmemente unidos los huesos (generalmente por un movimiento o trauma repentino e inesperado); magulladuras, grietas, o fracturas de las costillas o vértebras torácicas; fractura por compresión debido a la osteoporosis; y lesiones por sobreuso al repetidamente levantar, doblar, y torcer.
Los doctores quiroprácticos están capacitados para evaluar y tratar a pacientes con MBP utilizando diversas formas de terapias manuales (incluida la manipulación de la columna, la movilización, y el masaje), entrenamientos con ejercicios, reentrenamiento de la postura, y más.
