Los trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) abarcan un grupo de síntomas—mareos, niebla mental, fatiga, dificultad para concentrarse y/o comprender, sensibilidad a la luz/ruido, pérdida de memoria, nerviosismo/irritabilidad, trastornos del sueño, ansiedad/depresión, y más—que da como resultado de una aceleración y desaceleración repentina que daña los tejidos blandos de la cabeza y del cuello. Si bien cada caso es único y puede requerir un plan de tratamiento personalizado para brindarle al paciente la mejor oportunidad de obtener un resultado positivo, existen investigaciones que respaldan que dos opciones se encuentran entre las peores y una opción puede ser la mejor para el tratamiento del WAD.
Peor Opción #1 – No hacer nada, especialmente en presencia de síntomas inmediatos (incluidos los síntomas de conmoción cerebral). Retrasar el tratamiento no solo puede conducir a un sufrimiento innecesario, sino que también puede prolongar el proceso de recuperación e incluso aumentar el riesgo de WAD crónico.
Peor Opción #2 – El uso indiscriminado del collarín cervical blando. Si bien el concepto de inmovilizar el cuello durante un período de tiempo prolongado para permitir que los tejidos blandos sanen tiene sentido, los estudios han demostrado que esta práctica puede ser perjudicial para el paciente. Por ejemplo, el uso excesivo del collarín cervical puede desacondicionar los músculos profundos del cuello que estabilizan la columna cervical. Cuando ya no se usa el collar, los músculos profundos del cuello ya no pueden cumplir con su deber y el cuerpo reclutará los músculos superficiales del cuello para ayudar a mantener la postura cervical, lo que los fatigará y aumentará el riesgo de problemas adicionales. Un estudio encontró que los pacientes con WAD enviados a casa desde la sala de emergencias (ER) con un collar cervical tenían aproximadamente 3,5 veces más probabilidad de regresar a la sala de emergencias dentro de los siguientes tres meses.
Mejor Opción #1 – Tratamiento multimodal y conservador. Una revisión sistemática de 1.616 estudios publicados anteriormente buscó descubrir qué intervenciones o tratamientos fueron más rentables para controlar el WAD. Los investigadores encontraron que el enfoque favorable de la gestión del WAD incluye una combinación de terapias manuales (como la terapia de manipulación espinal y otras formas de tratamiento práctico proporcionadas por médicos quiroprácticos), ejercicios específicos para el cuello, y la educación del paciente.
Si experimenta una colisión deportiva, una caída por resbalón, o un accidente automovilístico que no genera problemas inmediatos que requieren atención de emergencia, intente mantener sus actividades habituales lo mejor que pueda, y si experimenta dolor u otros síntomas relacionados con WAD, comuníquese con su médico quiropráctico para una evaluación.