El trastorno asociado al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) es una afección caracterizada por una serie de síntomas que pueden surgir después del movimiento repentino de la cabeza y el cuello hacia adelante y hacia atrás—más comúnmente debido a las colisiones de vehículos motorizados. Se estima que 2-3 millones de estadounidenses experimentan latigazo cervical cada año, y los datos actuales sugieren que hasta la mitad puede continuar reportando síntomas crónicos y continuos de WAD que duran más de un año. Desafortunadamente, no hay una forma clara de identificar qué paciente puede tener un riesgo elevado de cronicidad, pero un estudio del 2022 sugiere que parte de la respuesta puede ser tan simple como el hacer un dibujo.
En el estudio, los investigadores proporcionaron a 205 pacientes WAD crónicos diagramas electrónicos del cuerpo humano y les pidieron que dibujaran o completaran dónde sentían dolor en su cuerpo. Los pacientes también completaron un cuestionario del índice de discapacidad del cuello. Repitieron el proceso un año después. El equipo de investigación identificó una asociación entre el dolor percibido y la discapacidad (a partir de las respuestas del cuestionario) y el grado en que el dolor del paciente estaba generalizado (a partir de sus dibujos).
Este dolor generalizado es indicativo de sensibilización central, que se describe como una mayor sensibilidad al dolor, incluso a estímulos que normalmente no son dolorosos. El sistema del cuerpo que transmite las señales de dolor al cerebro es el sistema nervioso, y estas señales deben pasar por el cuello. Esto sugiere que una lesión nerviosa o una lesión que interfiere con la función del sistema nervioso puede ser un factor de riesgo de WAD crónico. Curiosamente, una revisión sistemática que analizó los datos de salud de más de 390.000 pacientes con WAD encontró evidencia de que un tercio de los pacientes con WAD de grado II muestran signos de lesión nerviosa, lo que los clasificaría como WAD de grado III y requeriría un enfoque de tratamiento más integral. Otros factores de riesgo para WAD crónico incluyen un dolor inicial alto y la discapacidad, un dolor lumbar permanente luego de ocurrir el latigazo cervical, antecedentes de dolor de cuello, dolores de cabeza de nueva aparición, ansiedad posterior a la lesión, e hiperalgesia al frío (alta sensibilidad al frío).
Los médicos quiroprácticos están capacitados para evaluar a los pacientes con lesiones por latigazo cervical y proporcionar un enfoque de tratamiento conservador que no solo aborde el dolor y la discapacidad del paciente, sino también para educarlos sobre la importancia de mantener su actividad habitual lo mejor que puedan y para asegurarles que pueden mejorar—los cuales son importantes para reducir el riesgo de síntomas persistentes y continuos. Si es necesario, un médico quiropráctico hará equipo con proveedores de atención médica aliados para brindarle al paciente la mejor oportunidad posible de obtener un resultado satisfactorio.