El anillo del disco intervertebral está compuesto por fibras cartilaginosas resistentes, densas, y fuertes que protegen el núcleo interior, lo que facilita el movimiento de la columna. Si la estructura del anillo está comprometida, el núcleo puede filtrarse hacia el interior o más allá del anillo, una condición que puede clasificarse como hernia, protrusión, extrusión, o secuestro discal. En el caso de que una hernia discal en la columna lumbar ejerza presión sobre una raíz nerviosa lumbar, una persona puede sentir dolor en la pierna, lo que se denomina radiculopatía lumbosacra o ciática. En ausencia de una señal de alarma—infección, fractura, cáncer, y síndrome de cauda equina (pérdida del control de los intestinos y/o la vejiga)—que pueda requerir una emergencia inmediata y/o una intervención quirúrgica, ¿qué enfoque terapéutico puede ser mejor para un paciente con una hernia discal lumbar recién diagnosticada?
En el 2022, los investigadores realizaron un estudio de cohorte retrospectivo que analizó los resultados de más de 11.000 pacientes menores de 49 años con una hernia discal lumbar recién diagnosticada, la mitad de los cuales recibió tratamiento inicial de un médico quiropráctico. Aunque los autores del estudio señalan que se necesitan estudios adicionales, su análisis reveló que los pacientes con hernia discal lumbar cuya primera opción de tratamiento es la atención quiropráctica son significativamente (hasta dos veces) menos propensos a someterse a una discectomía lumbar en los dos años siguientes que los pacientes que inicialmente buscan un proveedor de atención médica diferente.
Cabe señalar que las pautas de tratamiento generalmente aconsejan enfoques de tratamientos conservadores, que incluyen la atención quiropráctica, antes de consultar con un cirujano. Sin embargo, otro estudio publicado en el 2022 encontró que, entre un grupo de 144 pacientes sometidos a cirugía de espalda, 60 (41,7%) no recibieron ningún tratamiento conservador en los seis meses previos al procedimiento. Un estudio del 2021 que analizó cuestionarios completados por 3.724 adultos reveló que la mayoría de los encuestados cree que la cirugía siempre es necesaria para una hernia discal, lo cual es inexacto.
Para el tratamiento de una hernia discal lumbar, los médicos quiroprácticos suelen emplear un enfoque multimodal que incluye terapia de manipulación espinal, terapia de movilización, terapia de tejidos blandos, y entrenamiento con ejercicios. Los quiroprácticos también pueden ofrecer servicios adicionales, como tracción o descompresión no quirúrgica, que pueden beneficiar a estos pacientes. Si el paciente no experimenta mejoría en su dolor e incapacidad o si su condición empeora, podría ser referido a un proveedor de atención médica aliado para explorar otras opciones de tratamiento.