Aunque los trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) es un término utilizado para abarcar los múltiples síntomas asociados a las lesiones por latigazo cervical, la investigación se ha centrado principalmente en el cuello y, más recientemente, en el cerebro. Sin embargo, hay otra área del cuerpo que a menudo sufre lesiones durante un traumatismo que implica el movimiento brusco hacia adelante y hacia atrás de la cabeza y el cuello: la columna torácica, o parte media de la espalda.
En un estudio a gran escala que analizó los registros médicos de más de 6.000 pacientes con latigazo cervical, los investigadores encontraron que dos tercios se quejaban de dolor torácico o lumbar tras la lesión y el 23% todavía experimentaba estos síntomas un año después. Esto puede explicarse por el mecanismo de una lesión por latigazo cervical que implica una carga de estiramiento forzado de los músculos de la parte superior de la espalda, que afecta tanto a la columna cervical como a la torácica. Más recientemente, los investigadores observaron lesiones microscópicas en las fibras medias e inferiores del músculo trapecio ubicado en la región media de la espalda y toracolumbar, en pacientes con WAD.
Curiosamente, la columna torácica contribuye hasta un 33% y un 21% del movimiento que ocurre durante la flexión y rotación cervical, respectivamente. Por lo tanto, una lesión que restrinja el rango de movimiento de los tejidos blandos del cuello puede generar una tensión adicional en la parte media de la espalda. Del mismo modo, una lesión en la parte media de la espalda puede obligar a los tejidos del cuello a trabajar más para adaptarse al rango de movimiento cervical. Esto podría empeorar las lesiones existentes o incluso provocar una lesión secundaria en el cuello o la parte media de la espalda.
Una revisión sistemática que incluyó 38 estudios y más de 50.000 pacientes con WAD en total reveló que más del 60% tenía dolor torácico y aproximadamente el mismo porcentaje tenía dolor miofascial y puntos gatillo en los músculos trapecios. También era común que los pacientes con WAD tuvieran lesiones que afectaban a los músculos que se unen a la base del cuello/parte superior de la espalda, lo que podría afectar a la actividad de los tejidos en las regiones adyacentes, incluida la columna torácica. Debido a estos hallazgos, los autores de la revisión recomiendan a los proveedores de atención médica realizar una evaluación clínica más exhaustiva de la columna torácica cuando los pacientes presenten WAD para prevenir el dolor crónico y restaurar la función lo más rápido posible, de modo que los pacientes puedan reanudar sus actividades normales.
Cuando se examina a un paciente con sospecha de WAD, los médicos quiroprácticos se centrarán en el paciente en su totalidad, ya que las disfunciones en otras partes del cuerpo a menudo pueden contribuir a la dolencia que presenta el paciente, incluida la región torácica. Una vez que son identificadas las posibles causas, el quiropráctico puede elaborar una recomendación de tratamiento para tratar cada una de ellas y ayudar a aliviar el dolor y la discapacidad. Esto a menudo implicará un enfoque multimodal que incluye terapias manuales, ejercicios específicos, recomendaciones nutricionales, y modalidades de fisioterapia. En casos más graves, el paciente puede ser referido a un proveedor de atención médica aliado para un tratamiento que va más allá del alcance de las competencias del quiropráctico.