Las migrañas se clasifican como un trastorno primario del dolor de cabeza. Las migrañas son tres veces más comunes entre las mujeres, especialmente en sus años premenopáusicos. Aunque las migrañas no son totalmente comprendidas (lo que significa que probablemente no se diagnostiquen ni se traten lo suficiente), los datos disponibles muestran que son el tipo de dolor de cabeza más debilitante y ocupan el séptimo lugar entre las afecciones de salud con respecto a los años vividos con discapacidad.
Entre el 25 y el 30% de los migrañosos experimentan un aura que dura entre cinco minutos y una hora y precede a una migraña que se caracteriza por síntomas visibles, sensoriales, u otros síntomas del sistema nervioso central que incrementan en intensidad. Los síntomas comunes de la migraña incluyen dolor intenso y punzante en un lado de la cabeza, fotofobia (sensibilidad a la luz), fonofobia o hiperacusia (sensibilidad al ruido), náuseas o vómitos, y rigidez del cuello. Un episodio de migraña puede durar desde un par de horas hasta un día entero.
Aunque existen estrategias farmacéuticas para tratar las migrañas, pueden volverse menos efectivas con el tiempo y generar efectos adversos que los pacientes pueden no querer o no poder tolerar a largo plazo. Dichos efectos secundarios incluyen aumento de peso, extremidades frías, mareos, daño renal, fatiga, sequedad de la boca, problemas gastrointestinales, estreñimiento, espasmos musculares y, curiosamente, dolores de cabeza.
En cambio, el tratamiento de la migraña puede centrarse en cambios en el estilo de vida, como llevar una dieta saludable, controlar el estrés, ejercitarse regularmente, dormir lo suficiente, y mantenerse hidratado, así como en estrategias específicas para controlar las comorbilidades—como los trastornos del estado de ánimo, trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares, obesidad, trastornos neurológicos, y trastornos gastrointestinales—que han sido asociados a las migrañas. Además, se recomienda a los pacientes que estén atentos a los alimentos, olores, sonidos, o cualquier cosa que pueda desencadenar una migraña para evitarlos en el futuro.
Los investigadores también han observado que el dolor de cuello es muy común en quienes padecen migraña, quienes a menudo tienen síndrome de la cabeza adelantada, puntos gatillo en los músculos cervicales, y otros trastornos musculoesqueléticos que afectan el cuello y la parte superior de la espalda. Múltiples estudios han encontrado que el tratamiento para tratar los puntos gatillo, mejorar la postura, y restaurar el movimiento normal de las articulaciones puede reducir la intensidad, la frecuencia, y la duración de las migrañas. Un estudio internacional del 2021 que se centró en mujeres con migraña que recibían atención quiropráctica reveló beneficios consistentes con una mayor apreciación de la compleja interacción entre el estrés, la tensión muscular, la postura, y la migraña.