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Vivir Diariamente con una Hernia Discal Lumbar

Vivir Diariamente con una Hernia Discal Lumbar
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Si bien las hernias discales en la columna lumbar son bastante comunes y pueden resolverse por sí solas o persistir sin síntomas, si una hernia ejerce presión sobre la médula espinal o los nervios que salen de la columna, el paciente puede experimentar dolor irradiado en una o ambas piernas. Aunque la atención quiropráctica puede ayudar a las personas con una hernia discal lumbar, los pacientes a menudo preguntan qué pueden hacer y qué deben evitar entre las visitas para facilitar el proceso de curación.

Las recomendaciones pueden depender de la ubicación de la hernia, pero los pacientes con hernia discal lumbar deben intentar mantenerse activos dentro de la tolerancia al dolor. Sin embargo, deben evitar actividades que impliquen torsión, como el golf, el tenis, o el pickleball. Además, deben evitar el reposo prolongado en cama, ya que las investigaciones han demostrado que dicho comportamiento puede desacondicionar los músculos de la zona lumbar, lo que puede provocar dolor crónico persistente y discapacidad.

Dado que MUCHAS actividades de la vida diaria requieren inclinarse (como vestirse o ponerse los zapatos), una modificación muy importante es doblar las rodillas y arquear la espalda (sacar las nalgas) antes de inclinarse hacia adelante. Esto se denomina flexión de cadera y reduce la compresión del disco lumbar. Curiosamente, nuestros discos son como esponjas y absorben agua durante la noche. Debido a esto, un interesante estudio informó que evitar inclinarse hacia adelante por la mañana resultó en una recuperación más rápida en comparación con un grupo que no fue educado sobre este importante punto. Eso significa que debes acostarte boca arriba en la cama para vestirte por la mañana (zapatos, calcetines, pantalones, etc.).

El estiramiento neurodinámico o deslizamiento nervioso (hilo dental) también puede beneficiar a los pacientes con hernias de disco. Si la compresión ocurre en los niveles L1 o L2, extienda la pierna hacia atrás con la rodilla completamente flexionada (llamado signo de estiramiento femoral). Para una hernia en L2 o L3, párese o recuéstese de lado, con la barbilla hacia arriba, agarrando el tobillo y tire del muslo hacia atrás para reproducir los síntomas que se irradian en la parte frontal del muslo. Mientras suelta el estiramiento, lleve la barbilla hacia el pecho. Para las hernias de L4 y L5, se puede recomendar a los pacientes que realicen ejercicios de extensión de piernas. Por ejemplo, acuéstese boca arriba con la cadera y la rodilla flexionadas a 90 grados. Mientras agarra por detrás de la rodilla, estire lentamente la pierna hasta que sienta un dolor irradiado en la pierna. Luego, mientras suelta la pierna, flexione y extienda la cabeza/cuello para tirar de los nervios espinales. Manténgase SIEMPRE dentro de los límites razonables del dolor. Evite el dolor punzante.

Por supuesto, cada paciente es único y dependiendo de la naturaleza de su presentación clínica, su médico puede recomendar estiramientos o ejercicios diferentes o adicionales para realizar en casa entre las visitas. Los pacientes también pueden recibir recomendaciones de ejercicio más generales basadas en su nivel de condición física actual, así como consejos nutricionales.
 

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