Los pacientes con lumbalgia crónica suelen tener los músculos tensos y desacondicionados y deben ser tratados para que el paciente logre un resultado satisfactorio. La investigación sobre la actividad física para tratar la lumbalgia crónica típicamente involucra ejercicios en tierra—como caminar a paso ligero o montar en bicicleta, por ejemplo—pero ¿qué hay de los ejercicios acuáticos? ¿Tienen los ejercicios acuáticos un lugar en el tratamiento de la lumbalgia crónica?
En enero del 2024, los investigadores hicieron una revisión sistemática y un metaanálisis con datos sobre 524 pacientes con lumbalgia crónica de 15 estudios que participaron en una intervención de ejercicios acuáticos o terrestres, o que habían sido asignados a una lista de espera para servir como grupo de control no activo. Su análisis reveló que los participantes de ambos grupos de ejercicio experimentaron mejoras significativas en la intensidad del dolor en comparación con los pacientes no activos. Los participantes de los grupos acuático y terrestre también informaron mejoras similares con respecto a la discapacidad y la flexibilidad relacionadas con la lumbalgia que no fueron evidentes en el grupo de control. En última instancia, los autores concluyeron que el ejercicio acuático es tan eficaz como las opciones en tierra para tratar la lumbalgia crónica.
Para quienes encuentran desafiantes los ejercicios en tierra—especialmente si los ejercicios con pesas son demasiado estresantes para las articulaciones—el ejercicio acuático puede ser una opción viable. Sin embargo, el ejercicio acuático no es solo sinónimo de nadar. Hay varias formas de ejercicio acuático disponibles, como el aeróbic acuático, el jogging acuático, la marcha acuática, zumba acuática, yoga acuático, waterpolo, ciclismo acuático, vóleibol en piscina, el entrenamiento con bandas de resistencia, y tai chi acuático. Estos diversos ejercicios aprovechan la flotabilidad para reducir el impacto en las articulaciones, la resistencia natural del agua para el entrenamiento de fuerza, y el efecto refrescante del agua en la piel. Para las personas que disfrutan más de los entrenamientos en grupo, ¡estos ejercicios son una excelente opción!
Además de ayudar a tratar la lumbalgia crónica, cumplir con las pautas de aptitud física de 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso semanalmente también puede reducir el riesgo de desarrollar lumbalgia crónica en primer lugar. Además, los pacientes que se recuperan de una lumbalgia crónica y se mantienen físicamente activos también son menos propensos de sufrir un episodio recurrente. Por lo tanto, si el ejercicio tradicional, como trotar o montar en bicicleta, no le atrae y prefiere pasar tiempo en la piscina, ¡considere una rutina de ejercicios acuáticos!