Nuestros cuerpos a menudo nos hacen saber que hay algo que no está bien, pero ¿Lo estamos escuchando? Demasiado a menudo en la vida, cuando tenemos horarios agitados en el día a día, cuando tenemos que llevar a los niños a la escuela, entre otras cosas, estas pequeñas señales de advertencia no pueden molestarnos. Así que, con frecuencia, solo tomamos una pastilla para enmascarar el dolor y seguir con nuestras vidas. Pero, ¿Es esta la mejor manera de reaccionar ante una señal de advertencia?
Si la alarma de humo sonara en tu casa, ¿Qué harías? Yo espero que salgas lo más rápido posible y determines si necesitas llamar a los servicios de emergencia. ¿Te dirías a ti mismo, "tal vez desaparezca”? Espero que no. Y si hubiera un incendio, ¿Detener la alarma ayudaría a apagar un infierno furioso? Probablemente no.
¿Qué pasa si la alarma comienza a emitir pequeños pitidos (avisándote que debes cambiar la batería)? ¿La cambiarías por una nueva o simplemente la sacarías del dispositivo?
Creo que la mayoría de los propietarios de casa conocen las respuestas a estas sencillas preguntas. Y pensarías que tendríamos la misma acertada preocupación cuando nuestros cuerpos nos den señales de advertencia.
Desafortunadamente, a menudo prestamos más atención a las señales de advertencia de nuestros hogares y automóviles (como a ese pequeño tintineo), que a la casa más importante de todas: Nuestros cuerpos.
Cuando te duelen los músculos del cuello, es una señal. Cuando giras la cabeza y escuchas un clic, esa es otra señal. Y cuando ocurre un dolor de cabeza, la señal se va haciendo cada vez más fuerte. ¿Pero estamos escuchando?
Es mejor pensar en estas señales como solo eso, señales; no como el problema real. Cuando tomas un medicamento para detener la señal, rara vez se aborda el problema real.
Entonces, ¿Cómo están tus señales y alarmas?
¿Tomas medicamentos semanalmente o diariamente? Una pastilla para el dolor de cabeza en ciertas ocasiones, rara vez presenta problemas. Pero incorporar analgésicos como parte de su dieta diaria puede ser un problema de salud, ya que no se consideran como uno de los grupos de alimentos esenciales. Los efectos secundarios de este tipo de medicamentos son poco frecuentes, pero sus riesgos aumentan con el uso prolongado. ¿Te tomas un frasco pequeño cada mes?
¿Estás ignorando las señales de tu cuerpo de que algo anda mal?