¡Ouch! ¿Sabías que el 96% de los niños experimentaron algún dolor agudo en el mes anterior? El dolor de cabeza, en un 78%, es el tipo de dolor más común reportado. Es posible que ni siquiera supieras que tu hijo estaba experimentando dolor. A veces, los niños mostrarán cambios de comportamiento en lugar de quejarse de dolor de cabeza. Un estudio evaluó el conocimiento de los padres sobre el dolor de cabeza vs. el recuerdo de los niños. Los niños reportaron dolor de cabeza en aproximadamente el 57.6% del tiempo durante el mes anterior. Las madres, y especialmente los padres, tendían a subestimar si su hijo había sufrido un dolor de cabeza.
Es alarmante que tantos niños tengan dolores de cabeza cada mes y que el 6% de los escolares tengan dolor crónico. Durante los últimos 30 años, la migraña infantil y los "dolores de cabeza frecuentes" han aumentado sustancialmente. Nadie sabe con certeza qué cambios en el estilo de vida están produciendo estas dolorosas tendencias.
Los niños con dolores de cabeza intensos y frecuentes tienen más probabilidades de tener dificultades en la vida familiar, las amistades, el aprendizaje en el aula y en las actividades de ocio. La calidad de vida del niño y la vida de quienes lo rodean se ve afectada sustancialmente por los dolores de cabeza.
Probablemente no estés seguro de si tomar analgésicos a una edad tan temprana sea lo correcto. Hay que preocuparse, porque es el consumo de pastillas durante muchos años lo que genera problemas. No deben tomarse de forma casual como las vitaminas, y el uso prolongado puede provocar hemorragias internas graves o problemas renales.
Un estudio analizó los dolores de cabeza en la niñez durante un período de 20 años. Descubrieron que el uso de medicamentos aumentaba constantemente y el 70% seguía consumiendo medicamentos a diario; 20 años después del diagnóstico original. La mayoría de los pacientes tenían migraña y cefalea tensional, y calificaron los dolores de cabeza de moderados a severos. El 45% de los encuestados también dijo que los enfoques no farmacológicos eran los más efectivos para ellos. Hay enfoques no farmacológicos y no quirúrgicos que han demostrado su eficacia. Es importante considerar estas opciones, especialmente porque generalmente no conllevan tantos efectos secundarios.
Los problemas de columna en los niños pueden comenzar con un traumatismo en el cuello durante el parto. Además, muchos bebés se caen de un lugar alto durante el primer año de vida. Esto puede ocurrir cuando se cambia el pañal, por ejemplo. Estas y otras caídas y traumatismos pueden provocar un esguince en las articulaciones de la columna, irritando el nervio. El enfoque quiropráctico consiste en observar la estructura espinal del niño para determinar si existe una causa espinal para el dolor de cabeza. Los ajustes se realizan para abordar específicamente las áreas de la columna que se han esguinzado o "subluxado" para permitirles funcionar con más normalidad.