Trastornos asociados con latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés “Whiplash Asociated Disorder”) es un término que se aplica a un grupo de síntomas que pueden surgir después de una colisión de vehículos de motor, resbalones y caídas, o lesiones deportivas. Se estima que hasta el 25% de los pacientes con WAD no se recuperan por completo de su lesión y una nueva investigación sugiere que esto puede deberse a cambios en el cerebro.
Estudios anteriores han informado que los pacientes con WAD crónico son más sensibles a estímulos como el pinchazo de un alfiler que las personas sin WAD. Esta es una llamada sensibilización central (SC). En un estudio de 2019, los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional para medir el flujo sanguíneo a varias partes del cerebro en 20 mujeres (12 con WAD crónico, 8 sin WAD crónico) después de varios niveles de estimulación eléctrica. El equipo de investigación observó distintas diferencias en el flujo sanguíneo a las áreas del cerebro involucradas con la percepción del dolor y el procesamiento de información sensorial. Esta correlación ofrece una explicación fisiológica distinta para los síntomas de WAD crónico y debería mejorar la conciencia sobre la enfermedad tanto para los médicos como para el público.
Durante el proceso de latigazo, el cerebro puede chocar con el interior del cráneo y causar hematomas o incluso lesiones más graves (también conocidas como traumatismo cerebral o conmoción cerebral). Si bien los cinturones de seguridad son un salvavidas y siempre deben usarse cuando se está dentro de un vehículo en movimiento, los estudios han demostrado que el ángulo oblicuo de tales restricciones puede hacer que el cuerpo (incluida la cabeza) se tuerza durante una colisión. Esta torsión puede hacer que el cerebro se retuerza dentro del cráneo, estirando y dañando las pequeñas fibras nerviosas. Aunque estas fibras nerviosas dañadas a menudo se curan, a veces no lo hacen, lo que se cree que contribuye a los síntomas de WAD crónico.
La buena noticia es que existe una creciente conciencia sobre las conmociones cerebrales y otras lesiones cerebrales, que pueden ayudar en el tratamiento de los pacientes con WAD para reducir el riesgo de que su afección se vuelva crónica. Se ha demostrado que la atención quiropráctica que incluye una combinación de ejercicio activo/rehabilitación y terapia manual pasiva (manipulación de la columna cervical) beneficia a los pacientes con síntomas de conmoción cerebral después de una lesión por latigazo cervical.