La investigación sobre los trastornos asociados al latigazo cervical o latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés “Whiplash Asociated Disorder”) se centra clásicamente en el dolor de cuello; sin embargo, los datos muestran que el dolor agudo de la columna torácica/espalda media ocurre en el 66% de las lesiones con WAD y el 23% todavía se queja de dolor de espalda media un año después de la lesión.
Es fácil visualizar cómo la columna cervical o el cuello pueden lesionarse en una colisión automovilística (o una colisión relacionada con un deporte o una caída) cuando la cabeza, que pesa un promedio de doce libras, se mueve hacia adelante y hacia atrás como en un "chasquido de un látigo", a menudo mucho más allá del rango de movimiento fisiológico normal. Este mismo estiramiento (carga excéntrica) seguido de compresión (carga concéntrica) también ocurre en la parte media de la espalda, lo que puede lesionar ligamentos, cápsulas articulares, estructuras neurales y más. Además, la columna torácica contribuye al 33% de la flexión y al 21% de la rotación EN EL CUELLO, lo que hace que la parte media de la espalda sea una región espinal vital que facilita el movimiento y la función del cuello.
En los casos de WAD, el dolor en la parte media de la espalda a menudo se esconde en las sombras de una lesión en el cuello más obvia y, a menudo, más grave, ya que el cerebro generalmente percibe el dolor desde la fuente más significativa. Además, la entrada neuronal a la corteza sensorial del cerebro (el área del cerebro que percibe el dolor) está mayormente representada desde la cabeza, las manos y los pies y en menor medida desde la parte media de la espalda o el torso.
El cinturón de seguridad también puede contribuir a las lesiones, tanto en la región anterior del pecho, incluida la caja torácica, el esternón, el tejido mamario, los órganos abdominales, como en la parte media de la espalda. El ángulo oblicuo de la restricción torácica es un factor importante cuando se habla del mecanismo de la lesión, ya que provoca la rotación del tronco/torso durante la fase de rebote o flexión del WAD. Otro mecanismo de lesión incluye un traumatismo contundente, del cual el conductor corre un riesgo especial debido a la proximidad del volante y el pecho. Esto puede provocar contusión o hematomas, fracturas y/o lesiones en los órganos abdominales y/o torácicos (corazón y pulmones).
Obviamente, la velocidad del impacto, el ángulo de la colisión, la sujeción de la persona (o la falta de ella) y la condición física general del paciente pueden afectar en gran medida el resultado de las lesiones relacionadas con la WAD. La importancia de evaluar a la persona en su totalidad es esencial para obtener un diagnóstico preciso y establecer un plan de tratamiento integral para el paciente con WAD.
El manejo quiropráctico se centra en la persona en su totalidad, y con frecuencia descubre problemas en otras regiones de la columna, así como en las extremidades en pacientes lesionados relacionados con WAD. Además, el tratamiento de problemas posturales como una pierna corta, pronación del tobillo, pelvis oblicua, postura de la cabeza hacia adelante, hombros extendidos y más es de vital importancia para obtener resultados satisfactorios para el paciente.